martes, 8 de junio de 2010

SIRVAS DE EJEMPLO, NADAL



Puede que, como dice D. Carlos Herrera, la soberbia de algunos ganadores nos haga cierta gracia, refiriéndose al mítico tenista de enfados antológicos. Mas son la sencillez y la modestia la esencia de los verdaderamente grandes, aquellos que nacieron para saber perder y, sobre todo, para saber acarrear sobre sus pies la losa del éxito.

Es muy difícil que un chico de tu edad, Rafa, no se deje su cabeza congelada en la frialdad del capital, o su corazón enredado en algún aplauso.

Sirvas de ejemplo para mis chicos y chicas, que admiran los brillos del oro, obviando, a veces, el sudor y dolor que cuesta su extracción. Sirvas de ejemplo para aquellos que, aun siendo mediocres, se permiten utilizar sus pequeñas victorias para humillar a los que pierden y a los que nunca competirán. Sirvas de ejemplo para todos los que odiamos los cuellos estirados y los brillos de los oros falsos o inmerecidos.

Enhorabuena, Rafa Nadal, porque demuestras, en cada una de tus superaciones, que ninguno de tus éxitos deportivos deja atrás tu calidad de persona sensata, brillante y admirable.


Mati Morata Sánchez