sábado, 13 de noviembre de 2010

Cuando la ratita presumida llegó a ser Srª de...

Os presentamos una versión teatral y musical del cuento de Mati Morata

"Cuando la ratita presumida
llegó a ser Srª de... "



Alumnas de 2º Curso de Grado Primaria de la Facultad de Educación representaron, en el IES Felipe de Borbón, de Ceutí, su versión teatral y musical de un cuento breve de Mati Morata el jueves 11 de noviembre.
Ante un público entregado, como se aprecia en el vídeo, Ana Fajardo, María José López, Beatriz Abenza, Alba Martínez, María del Mar Arroyo y Alexandra López, en un reducido espacio, desarrollaron una actividad de animación a la lectura que logró mantener atentos incluso a alumnos que frecuentemente plantean problemas de disciplina en el centro. Entre los asistentes, una alumna que precisaba de traducción al lenguaje de signos participaba en el momento en que se les hacía intervenir como parte activa de la representación.
Director, profesores, pedagogas y asistenta social manifestaron su satisfacción por el éxito de la breve pieza que estas alumnas llevaron al centro desinteresadamente. Su único objetivo era incitar a los alumnos a convertir la lectura en un placer, en una diversión.

En este cuento ("Cuando la ratita presumida llegó a ser señora de..."), Mati Morata plantea el problema de la identidad personal, esa que se construye con el tiempo, con la intención y con el esfuerzo. Es un fenómeno más generalizado de lo que debiera que, a veces, nuestra identidad se diluya en una sociedad consumista y frívola y uno acabe convirtiéndose en un conjunto de etiquetas como "madre de, cuñada de, señora de"; y en ocupaciones tan sin sentido y superficiales, que nuestro verdadero yo queda ahogado en las apariencias, tras de las cuales, no hay nada.

Ésta es la historia de la ratita presumida una vez casada, una vez que ha conseguido su objetivo en la vida. Ella, entonces, pasa a tener su primera entidad prestada, "señora de", posteriormente "madre de", y, socialmente, "señora florero". Un día desaparece porque, realmente, la ratita como tal no existe; se ha disuelto en un contexto de apariencias y vanidades.

Emilia Morote



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